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miércoles, 6 de mayo de 2015

¿2 ó 3 CABOS DE ANCLAJE PARA ESPELEOLOGÍA?






 Y tú, ¿por qué eres más de 2 ó de 3 cabos de anclaje en espeleo?



Si practicas espeleología, seguramente recordarás cuando empezaste e hiciste tu primer curso de iniciación a la espeleología. 
Seguro que te hablaron muchas veces de la importancia de redundar la seguridad en algunos elementos clave, los “dos puntos de seguridad”, algo que siempre te repiten si sigues haciendo cursos técnicos de espeleología. 
Y es que realmente es uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta, los dos puntos como mínimo, principalmente en: Equipar doble anclaje en cabecera Llevar doble iluminación Apoyar cómo mínimo en dos puntos  a la hora de realizar una trepada Permanecer siempre unido de dos puntos a la cuerda (bloqueadores en el ascenso, dos cabos de anclaje, cabo de anclaje y bloqueador, descensor y mosquetón de freno en el descenso…) Pero, si has seguido adaptando tu técnica y avanzando tu nivel y experiencia en espeleología, seguro que te ha surgido la duda de si “romper esta norma” y probar a usar solamente dos cabos de anclaje (habrá un momento en el que estés solo unido a la cuerda de un punto). 
Seguramente lo hayas visto a algún amigo o conocido, te hayan hablado de sus ventajas e inconvenientes. ¿Te entran las dudas por no saber si echarás en falta el tercer cabo?... pues aquí te vamos a dar nuestra opinión al respecto, siempre de una forma general y teniendo en cuenta la cantidad y no su construcción (cinta cosida, cuerda cosida, cuerda dinámica... que lo dejaremos para otro artículo):   
USAR TRES CABOS DE ANCLAJE PARA ESPELEOLOGÍA:  
Ventajas: Siempre estarás anclado, como mínimo, a dos puntos (aunque es cierto que normalmente con mosquetones sin seguro) en cualquier situación en la que necesites hacer uso de los cabos. Mayor comodidad y seguridad al superar los pasamanos por poder jugar con la longitud y la tensión entre los cabos a la hora de superar los diferentes tramos. 
No hay ninguna posibilidad de no quedar anclado al bloqueador de mano en el ascenso, un cabo de seguridad siempre nos unirá a este elemento. En rescate vertical resulta muy interesante tener esta opción, tanto para algunas maniobras de autosocorro como para enganchar una camilla, para conseguir el posicionamiento ideal, etc.  
Inconvenientes: Mayor peso. Un elemento más en el maillón ventral. 
Esto hará que tengas mayor volumen y que a la hora de superar pasos estrechos se haga un poco más complicado. Heterogeneidad a la hora de llevar el material en el maillón.   USAR DOS CABOS DE ANCLAJE PARA ESPELEOLOGÍA: 
Ventajas:  Menor peso. Orden y homogeneidad a la hora de llevar el material (si llevas un cabo en cada extremo del maillón). Menor volumen y por lo tanto mayor comodidad a la hora de superar pasos estrechos.
Inconvenientes: En determinadas maniobras (pasamanos, paso de nudos...) Tienes que  hacer “virguerías” para no quedarte solamente anclado de un punto durante un determinado momento. 
Un punto que en la mayoría de ocasiones es un mosquetón sin seguro. 
Dependiendo de la instalación del pasamanos (altura de los anclajes, tensión de la cuerda...) es posible que te sea incómodo e incluso a veces inseguro, progresar por él. Progresando en ascenso, en caso de no llegar a algún fraccionamiento por la longitud del cabo, tendrás que hacer uso del pedal o anclarte a la comba (con los inconvenientes que esto tiene si se lleva mucha carga). 
Nunca debes quitarte el bloqueador de mano del cabo de anclaje largo. 
Es frecuente en la gente menos experta, encontrarse subiendo sin estar conectados al bloqueador de mano (normalmente a la salida de los pasamanos).   
Nuestra opinión es que, en espeleología como en tantos otros aspectos de los deportes de montaña, no nos quedamos con una única solución, creemos que va a depender de tu nivel, la actividad que vas a realizar, el “riesgo” que quieras asumir y sobre todo, si realmente te aporta algún aspecto realmente diferencial por el que creas que debes elegir una u otra opción. 
Cuando hay espeleólogos de referencia que usan una opción y otros que usan otra, surgen las dudas. Cuando esto me ocurre siempre hago lo mismo, probarlo. Ir una buena temporada de forma diferente a la habitual para sacar las ventajas e inconvenientes de cada cosa.
Después de probar en numerosas ocasiones las dos opciones, finalmente me he quedado con la opción de los 3 cabos de anclaje para espeleología y es la que uso siempre. 
El más largo, que siempre va unido al puño, con mosquetón semiautomático para asegurarme que siempre queda cerrado. Otro, un poco más corto, que es el que uso de cabo de anclaje largo y finalmente el corto (estos dos con mosquetones sin seguro). 
El mayor peso y volumen me compensa de sobra las opciones que tengo tanto de seguridad como de maniobrabilidad. 

Además, no me hace nada de gracia confiar mi vida a un único mosquetón sin seguro. Fallan pocos, pero ¿y si es el mío?   Y tú, ¿por qué eres más de 2 ó de 3 cabos de anclaje en espeleo? 

1 comentario:

Anónimo dijo...

EN cualuqier exploración normal, ya sea de medio dia o de punta en una expedición profunda, dos cabos son mas que suficientes.
el resto a mi entender sobra, mas aún cuando lo habitual en la gente que usa 3 es que uno o varios sean de materiales inadecuados, como cordino o cinta o estan inaedcuadamente unidos a arnes o aparatos, ya que en muchos casos quien lleva un cabo para el puño lo lleva anudado directamente, anulando la posibilidad de poder soltarse del mismo, que puede ser mas que útil.

pero bueno, para gustos los colores, como elegir entre stop y dressler, entre puño y basic, o incluso en como anclar el basic, directamente al cabo o mediante un mosquetón intermedio....
Todo lo que sea seguro vale, por mucho que estorbe...